Qué miras, Copérnico ? le preguntó un sacerdote al astrólogo en su celda. Miro el orden en el caos, le reponde. Luego de un corto silencio, nuevamente pregunta el sacerdote: y qué es lo que buscas? a lo que responde: una señal que responda a mis numerosas preguntas.
Solsticio, del latín Solstitium, sol (El astro) y Stitum (Detención). La detención del sol que marca el tiempo en que este se halla mas lejos del Ecuador y en que parece quedarse varado en lo mares del universo unos días, o sea, es el período en que el Sol se halla frente a uno de los Trópicos y sus rayos caen perpendicularmente al paralelo más lejano del que dista de la línea ecuatorial. Desde ese momento regresan los rayos solares para ir al paralelo opuesto del otro hemisferio. Este viaje demora alrededor de 182,5 días; ya que nuestro planeta traza una senda elíptica alrededor del Sol, durante un año. La inclinación de 23,5 grados, hace que se produzca, con su movimiento de traslación, los solsticios y los equinoccios, etapas que se notan bien en los hemisferios que presentan mayor superficie a la luz solar. El solsticio de invierno ocurre entre el 21 y el 22 de junio y el de verano entre el 21 y 22 de diciembre.
Con el, el misterio de los cielos, la magnitud de los espacios cósmicos que nunca dejan de ser fuente de curiosidad para los hombres, toma cuerpo en un día que no es como los demás. Un día donde la naturaleza, el hombre y las estrellas se disponen a celebrar una fiesta cargada de gran poder y magia.
En nuestro continente y específicamente en nuestro país, Los aymaras tienen desde tiempos inmemorables celebraciones justamente en los solsticios de invierno y verano, celebran entre el 21 y el 27 de junio de cada año, el mismo año nuevo de la mitología incaica, que con los mismo cantos, danzas y abundante comida y alcohol, piden a la pachamama o madre tierra, que los provea con frutos, multiplique el ganado, evite heladas y plagas y les de suerte en la cacería. Esta es para ellos, la madre de los seres humanos y los cerros son sus templos, que con piedras en los bordes de los caminos o encrucijadas, le depositan hojas de coca y chicha, u otra bebida fermentada, como ofrendas.
La Francmasonería, desde sus albores, ha dado gran importancia a nuestra ubicación en el concierto universal y de su estrecha relación que existe entre ellos y el progreso de la humanidad.
Es así, que nuestra augusta Orden, pretende dejar en cada H:. una enseñanza moral a través de la alegorías y símbolos que utiliza en su proceso auto educacional. Que el Solsticio, constituye uno más de los símbolos educativos que debemos interpretar lógica y racionalmente para que nos guíe en nuestro mejoramiento personal.
El Sol es un símbolo masónico de suma importancia. La Logia que, entre otros, simboliza también al Universo, con su piso terrenal y su techo celestial. El V:.M:. que ilumina simbólicamente con su Sabiduría todo el Taller, representa al Sol en su nacer. El V:.M:. dirige la L:. desde su sitial en el Oriente, fuente de la Luz, al igual que el Sol que comienza su resplandor desde el Oriente; el P:.V:. simboliza al Sol en su ocaso al Occidente y el S:.V:. simboliza al Sol al Mediodía. Dentro del templo, los solsticios están representados por las dos columnas, que son los dos lados hacia donde se inclina el sol en su trayecto anual, mismas que marcan el Non Plus Ultra (no mas lejos) de la marcha aparente del aprendiz (el sol) durante los doce meses del año, simbolizados por las doce columnas zodiacales (los doce trabajos de Hércules) y cuyos viajes tienen por límites dos columnas semejantes.
El Solsticio de Invierno, es llamado también, el solsticio de San Juan Bautista en conmemoración a su nacimiento del 24 de junio y a quien se le conocía como bautista por haber bautizado al Maestro de Maestros, y el solsticio de Verano, es llamado el solsticio de San Juan el Evangelista, quien escribió un evangelio y nació el 27 de diciembre.
En la noche de San Juan Evangelista, la noche es vencida por el Sol. En la noche de San Juan Bautista, el Sol muere vencido por la noche. Por el impacto de la oscuridad, por la muerte. Pero que a su vez nos garantiza que siempre estará la resurrección.
Es el ciclo evolutivo de los Solsticios, que representan los dos más grandes misterios de la metafísica: La Vida y La Muerte.
Así como el ciclo evolutivo de los Solsticios representan la vida y la muerte, la Francmasonería, recibe al ser tosco e impuro para transformarlo en personalidad con realizaciones que logren una constante búsqueda de perfección, identificados simbólicamente por los Solsticios que encierran grandes enseñanzas y de principios morales.
De estas concepciones emana la importancia de los festejos masónicos de los Solsticios, que a mi criterio me recuerdan mi propia Iniciación, la Cámara de Reflexión, la Oscuridad. Para el Sol, justamente la detención en el Solsticio de Invierno es, simbólicamente, su propia Cámara de Reflexión, su Cámara de Oscuridad Invernal que, al igual que nosotros, que toda la Humanidad, desde esa oscuridad, Nos preguntamos: ¿Qué es lo que más deseas? Y Contestamos ¡Quiero ver la verdadera Luz!
Roberto Moreno, A.’. M.’.
R.’.L.’. PAITITI, 61 – BOLÍVIA.